Chester Reed, el empleado más veterano del servicio postal norteamericano, se jubiló la semana pasada con la friolera de 95 años, tras otros 37 en el puesto. La desaparición de la jubilación obligatoria en Estados Unidos a mediados de los setenta hizo que este californiano de nacimiento pensara en incorporarse a su puesto a los 58 años, edad a la que otros en muchos países ya están pensando en el retiro.