Una de las realidades que más preocupan a las empresas es saber si la experiencia del empleado se adecúa a lo esperado. Este aspecto cobra aún más relevancia en materia de mejora organizacional y establecimiento de políticas. Para poder asegurarse de que las expectativas empresariales se ajustan a lo que vive el trabajador, la entrevista de salida es una de las herramientas idóneas con las que conseguirlo. Hoy te explicamos cómo puedes llevar a cabo esta entrevista y qué preguntas pueden ayudarte a conseguir la mejor información. ¡No pierdas detalle!
¿Cómo hacer una entrevista de salida?
Aunque puede que ya conozcas en qué consiste esta herramienta, la entrevista de salida se basa en establecer una reunión con un empleado que abandona la empresa con la intención de recabar información útil de su estancia en la misma.
Este proceso no solo te ayudará a saber las causas que han originado su decisión, sino que también te ofrece la oportunidad de aprender acerca de los aspectos a mejorar en materia de retención de talento.
Conseguir que un empleado que se marcha de la compañía comparta su experiencia durante su estancia, no obstante, requiere que se genere un clima de confianza y confidencialidad que deberá ser respetado en todo momento.
¿Qué preguntas incluir en la entrevista de salida?
El proceso que puedes llevar a cabo para obtener una retroalimentación idónea se basa en tres pasos principales. En primer lugar, el empleado deberá realizar un cuestionario que incluya distintos tipos de preguntas enfocadas en recabar datos cuantitativos (numerados del 0 al 10) y cualitativos (centrados en experiencias y motivaciones).
Una vez realizada esta encuesta, la entrevista personal te ayudará a profundizar en las causas que han motivado al empleado para abandonar su puesto. Por último, debes llevar a cabo un análisis conjunto de lo observado en la encuesta y en la entrevista personal.
Este proceso te ayudará no solo a concluir los motivos de salida del trabajador y a realizar un correcto análisis de rotación, sino también a descubrir cuál era su nivel de satisfacción laboral y qué elementos han de trabajarse con mayor ahínco para mejorar los niveles de retención.
Con el objetivo de recabar la información útil posible, existen ciertos tipos de preguntas que pueden resultarte de gran ayuda en la entrevista personal.
¿Qué factores te llevaron a tomar la decisión de abandonar la organización?
Esta primera pregunta es esencial para conocer las causas que motivaron al empleado a buscar otras oportunidades laborales. Es por eso que se debe prestar especial atención a las experiencias narradas y a aquellos aspectos que hayan podido generar insatisfacción.
¿Qué aspectos consideras mejorables en tu experiencia con nosotros?
De nuevo, se ha de tratar de conseguir un feedback en lo referente a aspectos relacionados con las causas directas de la renuncia. No obstante, recuerda que no es conveniente presionar al empleado y que debes mantener una actitud de escucha activa en todo momento.
¿Cómo ha sido la relación con tus compañeros y superiores?
A la hora de concretar si el nivel de clima laboral en la empresa es el idóneo, esta pregunta puede ser clave. Conocer las mecánicas personales que se establecen en el puesto de trabajo ayudará a corregir actitudes o a instaurar estilos de liderazgo adecuados.
¿Qué podríamos mejorar para que decidieras seguir con nosotros?
Según el perfil del empleado, se puede concretar cuáles son sus expectativas y en qué aspectos se debe mejorar para asegurar la retención de perfiles similares. Estos factores son especialmente importantes en lo que se refiere a políticas de bienestar y ayudan a establecer una línea de acción concreta en planes futuros.
¿Qué objetivos profesionales tienes a largo plazo?
Gracias a esta pregunta se pueden puntualizar los posibles bloqueos en lo referente a oportunidades de desarrollo laboral. Asimismo, resulta de gran utilidad a la hora de medir la efectividad de los planes de carrera y de reconocimiento laboral.