En las últimas décadas, las políticas destinadas a la igualdad efectiva entre hombres y mujeres han tenido un avance espectacular en la sociedad. En las empresas, se han potenciado por ley medidas como la paridad en los órganos de gobierno y se han puesto en marcha con éxito programas de inclusión y no discriminación. En este artículo, hablaremos de algunas políticas concretas que las empresas pueden implementar desde la perspectiva de género.
Igualdad, equidad y Derechos Humanos
En la actualidad, necesitamos revisar la cultura empresarial vigente e implementar paradigmas que mejoren la equidad y la justicia social en las relaciones laborales. Hoy se hace imprescindible y obligatoria la asunción de medidas con perspectiva de género en las empresas.
Pero este cambio no solo debe responder a criterios de responsabilidad social corporativa. También está relacionado con las políticas de la Unión Europea y de otros organismos a nivel mundial.
En las últimas décadas, los cambios han sido muy profundos. Las mujeres han conquistado espacios que tenían injustamente vetados. Hoy en día, los estados democráticos buscan promover la diversidad, la igualdad y la eliminación de la discriminación en cualquier esfera social.
No es solo, por tanto, una cuestión de feminismo o de empoderamiento femenino, sino que tiene su origen en la misma Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Implementando políticas con perspectiva de género: el plan de igualdad
Para tener en cuenta la perspectiva de género en la empresa, es importante realizar un análisis exhaustivo de las prácticas laborales, poniendo especial atención en aspectos como los siguientes:
- Evaluación de puestos y estudios de los sesgos de género
- Situación real del liderazgo femenino en la organización
- Procesos de contratación
- Políticas salariales
Cuando la empresa tiene estos y otros aspectos similares perfectamente analizados, será más sencillo poner en marcha políticas con perspectiva de género que se ajusten a la realidad de la empresa. Algunas de las estrategias más habituales e interesantes giran en torno a los siguientes contenidos:
- Selección de personal con perspectiva de género: lo que conlleva la utilización de lenguajes inclusivos, currículos ciegos o la participación de más mujeres en el proceso. Una comisión de igualdad puede, además, definir las características del puesto desde esta perspectiva.
- Conciliación de la vida laboral y familiar: las estrategias deben hacerse extensibles a toda la plantilla, independientemente del género. Turnos adaptados, programas de Home Office, horas de libre disposición o la implantación de la jornada continua, son alguna de las medidas más interesantes.
- Políticas concretas de igualdad profesional: como las destinadas a corregir la llamada subrepresentación en determinados puestos excesivamente masculinizados.
- Formación en y con igualdad: no sólo se trata de implantar programas de sensibilización en igualdad, sino de formar a mujeres para acceder a puestos ocupados mayoritariamente por hombres, o impulsar cursos de formación para mujeres en situaciones de violencia de género.
- Equidad salarial: romper una brecha salarial que supera el 25% en España es uno de los grandes objetivos. Priorizar la promoción ejecutiva de mujeres, fomentar medidas retributivas flexibles que apoyen la conciliación y no la penalicen, deben estar entre los objetivos de recursos humanos.