Lo primero que hacemos cuando llegamos a la oficina es ir a la máquina a por un café. Antes hemos dado los buenos días a la persona que se ocupa de la seguridad. A media mañana levantamos el teclado para que el personal de limpieza pase el paño por debajo. Enviamos por mensajero unos documentos a otra sede o tenemos que coger nuestros bártulos porque nos mudamos de edificio. A este conjunto de actividades y servicios que conviven con nosotros pero que casi no vemos y permiten que la empresa se pueda dedicar en exclusiva a su negociado es lo que los anglosajones llaman facility management

Este término es cada vez más popular y está ya integrado en la mayor parte de las grandes y medianas empresas. Para homogeneizarlo, la normativa europea de Facility management la ha definido como «la gestión de inmuebles y servicios soporte».

La persona que se encarga de las relaciones con los proveedores de estos servicios es el facility manager. Su misión es propiciar un entorno de trabajo más eficiente. Para ello, cuida la iluminación de las estancias, la climatización del edificio y su ventilación, ya que esto está relacionado estrechamente con la productividad de las personas que trabajan en ellos.

Se ocupa también de dinamizar todos los servicios auxiliares que necesita una empresa con una visión estratégica y de una forma sostenible, y tiene en cuenta, según las últimas tendencias y la legislación, la eficiencia energética del edificio y los aparatos que utilizamos mientras trabajamos porque está obsesionado con la optimización y la reducción de costes.

Beneficios del facility management

Esta actividad ha sufrido una transformación significativa, según señalan los responsables de empresas del sector, desde que salieron de las plantillas propias de las empresas para externalizarse. Se comenzó subcontratando cada servicio a empresas especialistas pero ya son muchas las que ofrecen no solo uno si no un paquete de prestaciones o facilities, con lo que se gana en flexibilidad y se reducen los costes.

Desde IFMA España (International Facility Mangement Association) señalan los beneficios de implantar facility management en las empresas. Se simplifica el canal de comunicación y sinergias entre proveedores y demandantes, ya que en una persona (o equipo) se centraliza la coordinación de todos los servicios.

El facility manager es una persona que experta y conocedora de los servicios auxiliares vitales en la empresa porque está alineada con la estrategia de esta. Tiene un conocimiento exhaustivo del estado de las instalaciones y los ciclos de vida de las máquinas, por lo que es capaz de minimizar los sobrecostes de su mal funcionamiento.

Desde esta asociación también se aboga por una formación más específica en nuestro país, ya que de momento solo existen posgrados. ¿Te interesa formarte o especializarte?