En España, el absentismo se ha reducido ligeramente con la crisis. El temor al despido ha tirado a la baja los porcentajes de ausencias laborales. Con datos de la Encuesta de Coyuntura Laboral del Ministerio de Empleo, la tasa de absentismo fue en 2010 del 3,7%, algo inferior a la de 2009, que se situó en el 3,8%. Este dato supone un parón en la evolución que el absentismo venía experimentando desde 2003, año en que la tasa fue del 3%. «La realidad y los datos indican que sí existe una reducción», señala Ismael Vallés, socio de Devenium, una consultora de recursos humanos especializada en luchar contra el absentismo. Al menos, señala el experto, lo que ha disminuido es el absentismo leve y el fraudulento. «No hay que obviar que la actual  situación económica y los índices de desempleo son un factor añadido en las balanzas de decisión de los trabajadores, de manera que se siguen manteniendo aquellos procesos graves, pero en los leves o ‘fraudulentos’ que existían, el trabajador incorpora en su proceso de decisión el riesgo de perder el empleo y ello implica una reducción, pero solo de aquellos casos leves o cuestionables», indica Vallés. Según denunciaron en abril las mutuas de accidentes, entre el 7% y 13% del absentismo laboral en nuestro país es fraudulento y podría evitarse.

Termómetro del absentismo laboral

Precisamente Devenium acaba de publicar, junto con Infoempleo, el ‘Termómetro del absentismo laboral’, en el que pone de manifiesto, entre otras cosas, que el 76% de las empresas no mide el impacto del absentismo en sus resultados. ¿A qué se debe este hecho? «Controlar el absentismo es simplemente registrarlo, y la mayoría lo hace, pero no calcula el impacto que este puede tener en sus cuentas de resultados, basado generalmente en la suposición de que siempre habrá algo de absentismo porque el 0% no es posible y porque en el fondo poco se puede hacer, pues depende de las normas y factores externos, en especial de la laxitud de los médicos y servicios de inspección», apunta Vallés.

Sin embargo, el experto cree que una gestión adecuada de los recursos humanos lleva a unos ratios inferiores de absentismo. «Si gestionas a tus trabajadores cuando van a trabajar, no deberás preocuparte de ellos cuando falten, porque faltarán solo lo necesario e imprescindible».

Más conciliación

Nuestro país tiene unos altos niveles de absentismo laboral, pero muchas empresas ya están empezando a introducir medidas para reducirlo que no se basan solo en la sanción. «Las empresas todavía están principalmente orientadas a la aplicación de medidas basadas en el seguimiento y el control, si bien cada vez son más las que las combinan con medidas que promueven el bienestar en el lugar de trabajo », explica Ismael Vallés. ¿Por ejemplo? Acciones de conciliación de la vida profesional y familiar, flexibilidad de horarios, desarrollo de carreras profesionales… medidas, todas ellas, que «incrementan la motivación en el lugar de trabajo y, por tanto, la vinculación del trabajador con los objetivos de la empresa», añade el socio de Devenium.

En efecto, un informe de 2012 del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo pone de manifiesto los beneficios de trabajar en entornos laborales agradables y saludables: «Puede contribuir a reducir los costes por absentismo y bajas por enfermedad, aumentar la facturación, disminuir los conflictos interpersonales y las tensiones», explican los autores.