La jubilación forzosa es un tipo de prejubilación que se suele definir también como “obligatoria”. No en vano, se caracteriza porque el trabajador implicado no tiene la voluntad de cesar su vida laboral, de modo que esta situación le viene impuesta por determinadas circunstancias. De esta forma, en ocasiones, algunos empleados se ven obligados e retirarse por cuestiones ajenas a ellos y relacionadas con la empresa como puede ser el caso de la aplicación de un ERE.

Como ya hemos adelantado, este tipo de jubilación se da por numerosos y diferentes motivos. Así, por ejemplo, muchas veces se pacta una rescisión del contrato por razones económicas. Por supuesto, para aplicar esto, el trabajador debe contar con una edad mínima. Las implicaciones en estos casos son diferentes para el trabajador y para la empresa.

Implicaciones para el trabajador

La jubilación involuntaria se regula a los 61 años, una edad en la que, como bien sabes, el trabajador tiene difícil encontrar un nuevo puesto de trabajo. En estos casos, el empleado finaliza su relación laboral como consecuencia de un despido, ya sea colectivo o por causas económicas. Los trabajadores de más de 50 años tienen acceso a la prestación por desempleo y si no disponen de otros medios pueden solicitar el subsidio para mayores de 52 años.

Sin embargo, si la persona implicada cumple con los requisitos para acceder a la jubilación anticipada involuntaria, estos beneficios se extinguen. De este modo, cuando el sujeto está a cuatro años de la edad de jubilación y dispone de 33 años cotizados está obligado a retirarse.

Las implicaciones para el trabajador en lo que se refiere al aspecto económico no suelen ser positivas, ya que en algunas ocasiones no puede llegar a cobrar el 100% de la cuantía que le corresponde como pensión. No obstante, el hecho de poder abandonar antes la vida laboral puede tener repercusiones beneficiosas en lo que respecta a la salud y el bienestar. 


Qué supone para la empresa

La jubilación anticipada involuntaria le da a las empresas la posibilidad de cesar a un trabajador sin tener que indemnizarlo, lo cual abarata los despidos y permite rejuvenecer el ámbito laboral. De acuerdo con el Ministerio de Trabajo, toda jubilación deberá realizarse en el marco pactado de los convenios colectivos.

No obstante, debes pensar que, aunque muchas veces se considera que los empleados mayores suponen un obstáculo, si sabes cómo gestionar la edad en la empresa puedes llegar a sorprenderte con sus valiosas aportaciones, de modo que es importante que te lo pienses dos veces antes de decidir prescindir de cualquier trabajador que sea mayor de 45 años.

La jubilación forzosa u obligatoria implica que un empleado debe cesar su vida laboral antes de la edad de jubilación como consecuencia de circunstancias que son ajenas a él y a su voluntad. Por eso, si tu empresa tiene que recurrir en algún momento a esta situación, es importante que, como miembro del departamento de Recursos Humanos, tengas la empatía y el tacto necesarios como para garantizar el bienestar emocional de las personas implicadas.