Las inseguridades profesionales pueden presentarse en momentos puntuales de la vida laboral. Por ejemplo, cuando el trabajador se enfrenta a su primer día laboral, a una tarea que nunca antes había hecho o a unos nuevos compañeros. En estas ocasiones, los síntomas de esa sensación de descontrol o de no estar a la altura se van pasando, a medida que el trabajador se va enfrentando paulatinamente a la nueva situación.

En otras ocasiones, sin embargo, las inseguridades profesionales persisten en el tiempo. Lo que tiene como consecuencia una disminución del rendimiento y la productividad. Y un estado de ánimo poco práctico para el trabajo diario, que incluso puede llegar a afectar al ambiente laboral.

Cómo se expresa la inseguridad laboral

Cuando un trabajador muestra inseguridad laboral, desarrolla una serie de comportamientos que permiten identificar qué es lo que le está pasando. En primer lugar, presenta un desempeño laboral muy por debajo de las expectativas de la empresa. Estos empleados convierten sus inseguridades profesionales en un estado de ánimo fácilmente detectable, a través de sensaciones como el miedo, la falta de iniciativa, la sumisión o una escasa autonomía. 

Las personas inseguras buscan una continua aprobación por parte de quienes les rodean, ya sean superiores o compañeros. Y habitualmente tienden a quitarse méritos, achacando sus éxitos a la suerte o a la ayuda de otras personas de su entorno.

Soluciones para las inseguridades profesionales

Las inseguridades profesionales pueden deberse a factores objetivos, como la falta de una competencia determinada o tener poca experiencia en la realización de una tarea, o bien a factores subjetivos, basados en miedos irracionales.

Cuando la empresa detecta que un trabajador está sufriendo inseguridades profesionales de una manera mantenida en el tiempo, lo más conveniente es mantener una conversación que intente determinar el origen de su inseguridad laboral, con el fin de ayudarle a encontrar una solución. Estas son algunas de las estrategias que la compañía puede poner en marcha para conseguir que el trabajador deje a un lado sus inseguridades.

Motivación extra

Un trabajador inseguro es un empleado que necesita un extra de confianza y motivación. Hacerle entender que cualquier cambio es una oportunidad de crecimiento personal o profesional es clave para que pueda vencer sus miedos. A veces, simplemente una charla motivadora puede hacer que un trabajador deje atrás sus inseguridades profesionales, al verse apoyado por su empresa.

Mejora de la autoestima

Una persona insegura no confía en sí misma y se suele infravalorar. Para mejorar la autoestima de un trabajador se le puede recordar los motivos que llevaron a la empresa a contratarle. Otra opción más sutil es darle las gracias públicamente por su trabajo.

Posibilidades de formación

En ocasiones, la inseguridad profesional puede ser debida a que el empleado siente que no está debidamente formado en una habilidad específica. En este caso, bastaría con ofrecerle posibilidades de formación que le permitan adquirir las competencias necesarias para acometer su trabajo de forma satisfactoria. Estos cursos de formación continua están subvencionados.

Otra opción es que el trabajador se forme por su cuenta, si bien puede contar con el apoyo implícito de la empresa, por ejemplo a la hora de facilitarle un horario compatible con la formación.

Priorización de tareas

Hay profesionales que se sienten inseguros porque no son capaces de acometer todas las tareas que conlleva el puesto donde está asignado. Si el trabajador no se sabe organizar, bastaría con identificarle los objetivos por orden de importancia, priorizando los más importantes. 

La empresa puede contribuir activamente apoyando a los trabajadores que quieren dejar atrás sus inseguridades profesionales. No hay que olvidar que estas situaciones de baja autoestima son a menudo transitorias, y desaparecen a medida que el empleado se siente comprendido o ayudado por su empresa. Si no es así, convendría recordarle la necesidad de buscar orientación externa, a través de la figura de un coach, un psicólogo o un facultativo que le permita dejar atrás su problema.