El año 2004 quedará para siempre grabado la memoria de quienes forman del Grupo Randstad. Nacía la Fundación Randstad, un proyecto en el que se involucró al completo la dirección y gran parte de la compañía, y que desde el principio se centró en ofrecer a los colectivos más desfavorecidos de la sociedad la oportunidad de integrarse plenamente en ella a través del trabajo. Hablamos con María Viver, la directora de la Fundación, una mujer fuerte que recuerda a todas y cada una de las personas que han pasado por su Fundación y que podría estar hablando de ellos, sin dejar de sonreír ni un segundo, durante horas y horas…

–¿En qué momento y por qué nace la Fundación Randstad?
–En 2004 nos dimos cuenta de que había un sector de la población que se podía beneficiar del «know how» de Randstad porque tenía un acceso difícil al mercado de trabajo y necesitaba una ayuda especial. Estamos  hablando de los colectivos más vulnerables de la sociedad: personas con capacidades diferentes, inmigrantes de primera acogida, mujeres apartadas del mercado de trabajo, bien por sus responsabilidades familiares o bien porque han tenido una situación de conflicto familiar, etcétera. A estas personas se les tenía que ayudar de una manera más individualizada y teniendo en cuenta sus circunstancias. Podíamos aportar los métodos de trabajo de Randstad, pero utilizando procedimientos más adecuados a ellos: dándonos más tiempo para poder ayudarles al máximo en el desarrollo de todas sus capacidades.

–Ustedes les enseñan también a dejar de lado sus puntos débiles…
–Sí. Hay que ayudarles para que sepan todo lo que pueden hacer, lo válidos que son, y cómo pueden aplicar sus capacidades en el trabajo. También les enseñamos el trabajo de buscar trabajo: ahora mismo están los buscadores de empleo, las redes sociales, pero también les mostramos la importancia de sus contactos, la existencia de las agencias de colocación, de los servicios públicos… Para lograr un trabajo, como para todo en la vida, el motor de arranque son ellos mismos. Tienen que ser plenamente conscientes de que si quieren encontrar un trabajo tienen que educar su voluntad para conseguirlo: marcarse una meta para poderla lograr. Si no te marcas metas, vas por el mundo vagabundeando… Hay que ayudarles también a trazar esas metas y a saber hacia dónde van para lograr su objetivo.

–¿Con qué objetivo nacen los Premios Randstad?
–El Patronato y el Consejo Asesor de la fundación decidió desde el principio que teníamos que acercarnos a los agentes sociales, a todas las personas que intervienen en la sociedad, para ayudarnos a conseguir nuestro fin social, que es la integración. Nosotros somos meros promotores para ayudar a que las cosas fluyan, para conseguir empleo para estas personas y que tengan su sitio en la sociedad a través del empleo. Al sector empresarial tenemos que agradecerle todo: ellos son los que crean empleo en el país y lo mismo que digo esto, les planteo la responsabilidad que tienen en la sociedad. Hay muchos puestos que se pueden cubrir con personas con capacidades diferentes porque para trabajar no se necesita tener las capacidades al 100%. Hay que ofrecer las oportunidades para que lleguen a todo el mundo.

–Dan mucha importancia en sus premios al papel de las instituciones en la normalización de estas personas.
–Es muy importante porque tiene que fomentar los proyectos que realizan otras entidades a favor de estas personas. En esta categoría institucional también están las universidades, que tienen que transmitir estos principios de manera transversal a las futuras generaciones y normalizar su situación, transmitirles que la sociedad está formada por todos y que tenemos que hacer partícipes a todos en aquello que hagamos. Por supuesto, también las entidades sociales, las fundaciones y las asociaciones tienen un papel muy importante y ahora se está viendo todavía más, cuando la administración pública no puede llegar a todo, ahí está el tercer sector, apoyando de primera mano a los que más lo necesitan, de manera altruista, voluntaria. Una parte muy importante también sois los medios de comunicación, que podéis normalizar esta situación, que la sociedad vea que aquí hay mucha gente, con mucho talento y que no podemos prescindir de ellos. Y luego están todas esas personas a las que nosotros englobamos en la Categoría de Honor: ellos son un ejemplo de superación porque han hecho de su adversidad un potencial para salir de su situación.

–¿Hay alguna novedad este año en los Premios Fundación Randstad?
–Este año contamos con el apoyo del Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales, que nos avala a través del Real Patronato de la Discapacidad. Los premios ya llevan ocho años y ya tienen un peso específico: son unos premios a nivel nacional y nos faltaba un respaldo institucional. El jurado está formado por expertos independientes, entre los que este año habrá una persona del Ministerio, a los que se les presentan las candidaturas.

–¿Por qué tienen las empresas que acercarse a la Fundación?
–Porque nosotros trabajamos de una manera muy seria y profesional. Somos plenamente conscientes de que el dinero que las empresas nos dan hay que aprovecharlo al máximo porque los recursos son escasos y hay muchísima gente que necesita nuestro trabajo.

– Háblenos de los nuevos proyectos de la Fundación.
– Gracias a la generosidad de las empresas  que confían en nuestros proyectos, y avalados por los resultados, la Fundación ha comenzado, el pasado 1 de diciembre, cinco nuevos proyectos en España para ayudar a encontrar un empleo a los más vulnerables en Logroño, Las Palmas, Valencia, Sevilla y Ávila. Hasta ahora dábamos una cobertura nacional a cualquier empresa que quisiera contratar a nuestra gente, pero los itinerarios de inserción en los que trabajamos durante 12 meses para que esas personas puedan competir en igualdad de condiciones con personas que no tienen problemas, se hacían en Madrid y en Cataluña. Ahora y gracias a la generosidad de estas empresas colaboradoras hemos conseguido abrir estos nuevos proyectos. Las ciudades no han sido elegidas al azar: la situación del empleo en ellas está realmente mal.

–Y por último, haga balance de la Fundación en este año.
–Los datos generales de empleo, mes tras mes, son cada vez peores, pero yo tengo que hablar de mi realidad y mi realidad es que el año pasado conseguimos un 11% más de trabajo para la gente que estaba en nuestros itinerarios de inserción y en el 2012, hasta octubre, estábamos consiguiendo un 7% más que en el 2011, y yo creo que es porque trabajamos bien.