Los contratos en prácticas son bien conocidos puesto que por ellos hemos pasado casi todos. También sabemos que, si se realizan bien, el becario recibe un aprendizaje práctico en la empresa que complementa la formación que ha recibido, si bien su salario es más bajo que el de una persona con un contrato indefinido, por obra o servicio o temporal.

No obstante, hay que tener en cuenta que además de los contratos en prácticas o los de formación para mayores de 45 años existen muchas más modalidades contractuales orientadas a la formación que implican a las organizaciones como, por ejemplo, la formación profesional dual. Se trata de una modalidad formativa que aporta grandes ventajas tanto a las personas que optan por esta alternativa como a las propias empresas.

¿Qué es la formación dual?

La formación dual es una modalidad formativa mixta, que proporciona aprendizaje tanto en el centro educativo como en la compañía. La diferencia con los contratos de prácticas comunes es que en este caso ambas instituciones se corresponsabilizan de la formación del alumno. El centro dará los conocimientos teóricos imprescindibles que luego la empresa completará enseñando la parte más práctica.

Descubre qué es la formación dual

¿Qué beneficios aporta la formación dual?

Estos programas son muy ventajosos para el alumno, pero has de saber que también aporta grandes beneficios a tu empresa si decides participar en programas de formación profesional dual. En primer lugar, estarás formando a personas con las que podrás contar más adelante. Esto es especialmente útil si necesitas incorporar perfiles muy especializados, pues puedes centrar tus contenidos en esas áreas en las que te cuesta encontrar talento externo.

Además, eres libre de adaptar los contenidos impartidos a las necesidades que tenga la compañía. De esta manera sigues ofreciendo al alumno la formación que busca, pero además cubres los puestos que necesites con este nuevo talento.

Por otro lado, la formación dual conecta a tu empresa inevitablemente con los centros educativos. La sinergia puede quedarse en esto, pero también existe la oportunidad de llevarla más allá, sobre todo dependiendo de cuál sea la actividad de tu compañía. Imagínate, por ejemplo, que trabajas en una empresa de Marketing Digital y el alumno ha de desarrollar un Plan de Marketing para finalizar el curso: ambas partes colaboraréis y obtendréis un beneficio ya que el alumno conseguirá su título y, al mismo tiempo, hará un trabajo que la compañía puede aprovechar.

Por último, puedes ver estos programas de formación como acciones de responsabilidad social corporativa. Aunque es cierto que son beneficiosos para ti, también estarás aportando algo positivo a la sociedad ya que estarás ayudando a una persona a entrar en el mercado laboral.

¿Cómo hacer una gestión eficiente de la formación dual?

El principal reto es que los contenidos impartidos por el centro educativo y los conocimientos que se transmiten en la empresa vayan en la misma línea. Por eso ambas instituciones deben tener una buena comunicación y coordinación. Esto es imprescindible para garantizar la buena calidad de la formación.

Por otro lado, recuerda que los contenidos pueden adaptarse a las necesidades de la compañía, de modo que sería positivo analizar antes en qué áreas se va a necesitar talento. Eso sí, igual que en los contratos de prácticas, no olvides que el foco ha de estar en el aprendizaje del alumno. En el caso de los becarios, muchas veces se confunde el concepto y el resultado acaba siendo mano de obra barata. Esto es lo que tienes que evitar a toda costa: el alumno aporta a la empresa, pero principalmente ha de obtener una buena formación.

Ya has visto que la formación dual tiene grandes ventajas para las organizaciones que la imparten, así como para los estudiantes. Si estás pensando en contratar talento en tu empresa, conoce ahora los servicios de publicación de ofertas de Infoempleo. ¡Podemos ayudarte!