«Todo pasa en la cabeza». Steve De Wit es coach y fundador de Barranco Concept, una firma de origen belga especializada en la organización de eventos para empresas. Ha volcado su experiencia de más de 20 años en ese terreno en el libro «Los secretos de las reuniones y los eventos efectivos», donde ofrece las claves para preparar eventos de empresa que resulten provechosos. Ahora está embarcado en el proyecto Win4Youth, una iniciativa de la consultora de recursos humanos Adecco a través de la cual 70 de sus empleados se entrenan para competir, en octubre, en el Triatlón Garmin de Barcelona. La competición consiste en una prueba de natación de 1.500 m, una carrera en bici de 40 km y una travesía a pie de 10 km. Este «sacrificio» tiene un trasfondo solidario, ya que Adecco donará a cuatro ONG una cantidad de dinero por cada kilómetro que recorran sus empleados en los entrenamientos diarios.

De Wit es quien está preparando mentalmente a estos improvisados atletas para poder alcanzar la meta. ¿La clave de su entrenamiento? «Hay que tener una visión, un sentimiento de éxito, y mantener esa imagen de éxito –la de ganar, llegar– cada día delante de los ojos». Esto se consigue, explica De Wit, con técnicas de «mental focus», es decir, focalizando el objetivo. «Una técnica muy fácil es hablarse siempre a uno mismo con palabras positivas, nunca con palabras negativas», dice. Mantener la mente centrada en ese foco puede ser el componente definitivo a la hora de ganar una competición. Ignacio Sáez, uno de los cinco empleados españoles de Adecco que participan en Win4Youth cree precisamente que, en una carrera, lo peor es «pensar que ya terminas y, sin embargo, todavía te quedan 10 kilómetros». Perder la concentración, o confiarse, es, a veces, fatal.

Aunque De Wit no está del todo convencido de que las técnicas de coaching sean siempre igual de efectivas para las empresas –opina que, en muchos casos, los cursos duran dos o tres semanas y, después, al regreso, es muy fácil que se vuelva a la situación anterior–, sí cree que el deporte puede aportar unos valores no solo en el trabajo, sino también en la vida diaria. «Esto es deporte, pero la vida es así en general: si quieres alcanzar un objetivo pero no crees en ello, si no tienes cada día la adrenalina que te lleva a decir ‘voy a conseguirlo’, nunca va a pasar». Guillermo Godoy, otro de los empleados de Adecco España que se entrenan para la prueba de Barcelona, añade el matiz definitivo a la relación entre el deporte y la vida misma: «El deporte es lo más justo que hay. Si tú entrenas vas a obtener buenos  resultados».

Valores poderosos

El trabajo en equipo, el optimismo, el esfuerzo y la superación constante, el crecerse ante las adversidades y la incertidumbre… Estas bondades del deporte nos sirven para crecer como personas y como trabajadores. Así, al menos, opina también César Fernández, presidente para España de la  Federación Internacional de Coaching –ICF por sus siglas en inglés–. «Estos valores –dice–, bien trabajados, son más poderosos de lo que  acostumbramos a creer». El ejemplo que pone Fernández es el de «un equipo comercial que haya construido una visión compartida, que sea consciente de sus puntos fuertes y del potencial que aún tiene, que ponga en juego sus ilusiones para construir un resultado valioso y significativo a alcanzar conjuntamente, es mucho más eficaz que un equipo al que solo se le presione y se incida en lo negativo y lo que aún le falta».

Queda por saber lo más importante. Los programas de coaching dirigidos a empresas, ¿funcionan? ¿Se pueden medir sus resultados? Fernández ofrece un dato: en el Estudio de Consumo realizado por PwC para la ICF en 2009, los clientes ya estimaban que el ROI –retorno de la inversión– era de un 70% por encima de lo invertido en estos programas. El coaching provoca unos cambios de actitud, y «estos cambios de comportamientos impactan de manera directa en determinadas variables de negocio», observa el responsable de ICF España.