“Un futuro feliz depende de una actitud de aceptación del presente”
Flavio de Almeida

Pilar 1: Educación

Desde pequeños no paramos de oír no, tanto en la escuela como en casa. ¿O quizás hoy la situación se ha dado la vuelta y los que no se atreven a decir no son lo padres y los maestros?
La realidad que percibo es que todavía predominan los noes, la censura, la recriminación y se potencia poco la iniciativa y creatividad.
Padres y educadores todavía tienen miedos de abrir, permitir, libertar. Pero es que educar es libertar. Y libertar implica enseñar a pensar. Pensar para actuar y así poder manejarse en el mundo, en realidades conocidas y otras desconocidas. Implica saber en primer lugar gestionarse a uno mismo, mantener el equilibrio, ser capaz de desarrollar el talento que cada uno de nosotros llevamos dentro.

La libertad

Nos hace sentirnos realmente personas. Personas plenas que pueden ir siendo felices a pesar de las circunstancias. Pero no hay libertad sin voluntad. Y la voluntad también se educa. Y no hay voluntad sin esa automotivación que persigue en primer lugar ir cumpliendo con el sentido que cada uno le da su vida. Cualquier acción humana que vaya encaminada a satisfacer ese sentido de la vida será una actividad realizada desde la alegría y el sentir que vamos cumpliendo con nuestra misión.

No vale mirar hacia los lados para buscar quién es el responsable de cada uno de nuestros actos. La educación debe comenzar haciéndonos ver que cada uno es responsable del camino que elige.

Pilar 2: Actitud

Busca dentro de ti tu energía.  Está ahí. Saca tu coraje y comienza a moverte. No hay ningún premio que merezca la pena en concursos de “quejas y lamentos”. Ni siquiera te van a valer la piedad y compasión de otras personas. Pronto se cansarán de tus lloros.

Dar la cara al problema te llevará a tomar decisiones. Y a veces decisiones duras, decisiones que duelen, decisiones que dan miedo, que nos meten en la penumbra y en la oscuridad.Quizás decisiones que nos llevan a romper vínculos o deshacer caminos que no nos conducían  a ninguna parte.

Y una actitud de lamento nos lleva a perder energía a revolcarnos en nuestras ansiedades y miedos. Incluso a reconocer inconscientemente que no tenemos capacidad y poder para ir por la vida disfrutándola. Es cuestión de comenzar el día sonriendo, saludando a otras personas, dando los buenos días, mirando a la cara. Y esta actitud por lo de pronto nos hará sentir que no estamos solos, que hay otros seres humanos tan legítimos como nosotros y que la vida merece la pena ser vivida.

Y aquí está nuestro coraje. Nuestra determinación que hará que no seamos conformistas ante lo que se nos viene encima y tratemos de interpretarlo a nuestro favor.

autoliderazgo

Pilar 3: Confianza

Y confía en ti. Acuérdate de todo lo que has superado antes en el camino de tu vida. Recuerda tus decisiones, acciones, hechos, logros.
Y no es cuestión de estar siempre pendiente de lo que los demás puedan decir o hacer. Lo que opinen de nosotros no es asunto nuestro. No hace falta recrearse en todo lo que sabes. Lo importante es lo que has hecho y puedes hacer con lo que sabes. Y sabes que eres una autoridad tú eres la gran autoridad cuando se trata de ti mismo. Y es importante caminar sin detenernos a pensar en lo que nos falta sino más bien pensar sentir y disfrutar de lo que ya tenemos. Y agradecerlo.

Alza la vista. Un horizonte nuevo se abre ante ti. Pero tú eres el principal protagonista y tienes que estar dispuesto. Da y recibirás. Confía en los demás y ellos confiaran en ti. Y así irás ampliando tu entorno de confianza. Un entorno que te permitirá ser cada vez más tú mismo. Sonríe y la vida te sonreirá. Es como un espejo. Cuida tu expresión cada mañana. “Merece la alegría”.