Todos conocemos personas que poseen un carisma especial propio de un líder. Por sí solas son capaces de atraer a otras personas para que les sigan y compartan su forma de actuar. Realmente, ¿cómo podríamos definir el liderazgo? En el ámbito empresarial implica encabezar un proyecto y ser el responsable de motivar y dirigir a sus componentes hasta el éxito.

Cualidades de un buen líder

Hoy en día la pregunta “¿un líder nace o se hace?” se ha convertido en un tópico. En un estereotipo que se puede destruir con esfuerzo y pasión. Al margen de la personalidad de cada uno, tenemos al alcance de nuestra mano lograr o mejorar las características necesarias para ser líderes.

La herramienta más imprescindible para alcanzar el liderazgo profesional es la comunicación. En nuestra hiperconectada sociedad, las capacidades de hablar, transmitir y escuchar bien son claves. Porque una buena comunicación nos abrirá infinidad de puertas. Podremos motivar y ganarnos la confianza de quienes nos rodean, aspectos claves para conseguir que ofrezcan su mejor rendimiento.

Otra virtud determinante gira en torno al trabajo en equipo. Los actuales líderes profesionales son conscientes de que son parte de un equipo y no un apéndice superior de éste. Celebran como uno más los éxitos y son los primeros en asumir la responsabilidad en los fracasos. El auténtico liderazgo implica compartir metas, expectativas y esfuerzos.

Diferencias de un líder vs. un jefe

Un concepto se ha quedado ya anticuado y el otro está actualizado y con miras al futuro. El jefe es ese viejo director que logra sus éxitos a base de infundir temor e inseguridad entre sus empleados, a quienes considera inferiores. Esto hace que las empresas estén formadas por personas sin aspiraciones ni ilusión por lo que hacen. Grupos de trabajo con fecha de caducidad. Sin embargo, el líder empresarial actual genera confianza, da ejemplo y fomenta el concepto de equipo. Consigue lograr equipos con iniciativa y pasión en su día a día. Proyectos de éxito preparados para crecer y mantenerse en el tiempo.

Por qué elegir ser un líder

El trabajador del siglo XXI busca constantemente puestos de trabajo donde se le presenten retos y desafíos. La remuneración ha pasado a un segundo plano, por detrás de todo lo que le aporta el trabajo en sí. La elección de ser un líder empresarial está muy relacionada con este aspecto. Se trata de una responsabilidad que seduce mucho por las características que conlleva: una exigencia superior, unas competencias más amplias pero, sobre todo, una mayor autorrealización.

El primer paso para lograr ser un buen líder empresarial es tomar conciencia de lo que implica. Asumir que serás el primer culpable cuando las cosas vayan mal y el encargado de empujar a todo tu equipo hacia el éxito. Contar con competencias básicas como una buena comunicación y el trabajo en equipo allanarán el camino.