Comunicar el despido a un empleado es una acción complicada. Se trata de un acto sin vuelta atrás y que afecta emocionalmente al trabajador. No obstante, forma parte de la vida laboral. Dado que la comunicación verbal es el medio de transmitirlo, hemos recopilado algunas claves para que ésta genere el menor impacto posible.

Cómo comunicar de forma verbal un despido

  • Anticípate. El despido supone una decisión final. Por eso, antes de llegar a él has tenido que agotar otras vías comunicativas. Cuidar el capital humano es clave y hacerle saber aquellos puntos que debe reforzar antes de recurrir a la opción definitiva, te hará crecer como empresa.
  • Respeta la intimidad del empleado. Trata de comunicarlo de forma privada y discreta, en persona y a ser posible sin “espectadores” (compañeros de trabajo, responsables adjuntos, etc.) ni interrupciones de ningún tipo.
  • Comunicación directa. Tienes que transmitirlo de forma directa y concisa. Si detallas las acciones que han llevado al empleado a esta situación puedes entrar en un debate con justificaciones y excusas que no nos interesan. Si se produce esa situación, tu interlocutor puede entender que estás dando pie a una reflexión cuando lo que realmente planteas es una situación irreversible. Tienes que comunicar la decisión sin preámbulos, con firmeza y argumentando motivos de peso.
  • Controla la “segunda parte”. En esa misma comunicación, hay que establecer los próximos pasos a seguir por ambas partes: plazo de preaviso, firmas, entrega de bienes corporativos, etc.
  • El equipo de trabajo debe recibir una explicación. Para el resto de empleados, estas decisiones no deben suponer un riesgo. Si creamos un ambiente tenso y de incertidumbre, el rendimiento del personal se verá directamente afectado.

Qué dice la ley sobre el despido verbal

La normativa, recogida en el Estatuto de los Trabajadores, deja claro que el despido es un acto formal que se debe plasmar por escrito. En el artículo 55, establece que el despido verbal es improcedente y que el empresario debe entregar la carta de despido para hacerlo correctamente. Además es el empresario el que debe probar que lo hizo por escrito. Lo más habitual es que lo haga de forma personal, por correo certificado, telegrama o un burofax.  Es menos habitual optar por el email pues resulta más complicado acreditar su envío y recepción y además puede ser más manipulable. En lo que se refiere a Whatsapp, surgen todo tipo de dudas sobre su utilización cuando se trata de despido y el Tribunal Supremo indica que «deben tomarse todas las cautelas» pero, en lo que se refiere a la no superación del período de prueba o la dimisión del trabajador, parece estar más aceptado por las sentencias dictadas por el TS.

Habitualmente, el despido verbal suele producirse de dos formas. El que podríamos llamar despido verbal directo es aquel que comunica su cese al trabajador sin paliativos. La otra opción, es un despido verbal “camuflado”. Con él suele buscarse que el trabajador no tenga constancia clara y deje pasar los 20 días que tiene para reclamar. Por tener un ejemplo, aquí se encontrarían las comunicaciones del tipo: “En las próximas fechas no tendremos más tareas, tómate unos días y vuelve cuando aumente el volumen de trabajo”. Aunque no lo parezca, por desgracia siguen realizándose este tipo de hechos. 

En definitiva, la comunicación verbal es una fase inevitable dentro de cada despido . Por eso hay que tener clara la importancia de este momento y cómo conseguir que nuestra comunicación repercuta positivamente en la empresa.