Pedir un aumento de sueldo en estos tiempos que corren parece, a priori, una locura. Pero, si creemos que nos lo merecemos, como premio por el trabajo duro de muchos meses, ¿deberíamos privarnos de pedir una revisión salarial como compensación a todo ese esfuerzo? Que sea o no una buena idea depende de cada caso concreto. «Hay que analizar la situación de la compañía, contemplar el entorno en el que se mueve, comprobar si se encuentra en buenas condiciones o está pasando por dificultades, si hay un proceso de reestructuración… El individuo debe valorarlo todo de forma objetiva antes de dar el paso», aconseja Enrique de la Villa, socio responsable del área de Human Capital de la consultora de Recursos Humanos Deloitte.

«En general, no es un buen momento», opina, por su parte, Carlos Viladrich, director de Recursos Humanos de Adecco. «Hay que tener sentido de la prudencia, teniendo en cuenta la situación empresarial y la incertidumbre económica», aunque, añade Viladrich, depende de la situación de cada trabajador. «Estaría justificado, por ejemplo, si tenemos información suficiente de que hay un componente salarial que no se está aplicado correctamente», dice.

Pero vamos a plantear la pregunta de otra manera. ¿Es ético pedir un aumento de sueldo teniendo en cuenta que las colas en las oficinas de empleo están más concurridas que nunca? «Depende de la compañía», sostiene de la Villa. «En una empresa en pleno proceso de reestructuración, donde se están llevando a cabo despidos, el trabajador debe entender la situación y darse cuenta de que no es el mejor momento para pedir un aumento de sueldo. Sin embargo, en compañías que están ganando mucho dinero en una coyuntura de crisis, es perfectamente  factible.

Hay que valorar cada situación», argumenta el socio responsable de Human Capital. «Está justificado si una persona se encuentra injustamente pagada, pero teniendo en cuenta que hay un 20% de desempleo, no es el mejor momento para pedir un aumento a menos que esté bien argumentado», opina, por su parte, el responsable de Recursos Humanos de Adecco.

Imaginemos por un momento que el «SeñorX», gracias a la puesta en marcha de un nuevo modelo de gestión de la información entre departamentos –cuya implantación le ha llevado meses, una gran cantidad de horas extras y sin sabores–, ha conseguido simplificar los procesos y aumentar la productividad de la compañía en un 20%, elevando los beneficios. Parece claro que merece un aumento de sueldo y, con esta idea en la cabeza, concreta una reunión con su responsable. ¿Cómo debe enfrentarse a la cita?

«Debe hacer ver que se merece ese aumento. Debe argumentar su aportación a la empresa, la buena evolución de su trabajo y que está desempeñándolo satisfactoriamente. Es el mejor argumento para pedir un aumento de sueldo, porque está demostrando que es capaz», señala de la Villa.

Carlos Viladrich es de la misma opinión. «Cuando se solicita un aumento de sueldo hay que aportar datos objetivos que te permitan justificar por qué lo mereces. Incluso podemos buscar información del mercado», aconseja el responsable de Recursos Humanos de Adecco. Además es muy importante no exigir. «Hay que pedir el aumento más como una inquietud que como una exigencia. Se trata más de que sea una compensación por nuestro trabajo», señala Viladrich.

En su negociación, el «Señor X» no debe caer en el victimismo. «Debemos evitar la comparación con el sueldo de otros compañeros, sobre todo cuando no tenemos información contrastada», aconseja de la Villa, teniendo en cuenta que en la empresa funciona mucho la rumorología de los sueldos. «Diferencias entre los salarios las ha habido siempre y las seguirá habiendo, pero la mayoría de ellas están justificadas», indica.

Al final del ejercicio

¿En qué época del año tiene más posibilidades de florecer nuestro posible aumento de sueldo? «Antes del cierre de las cuentas de la compañía», indica de la Villa. Sin embargo, no hay que esperar al último momento. «El trabajador debe ir anticipándolo en las diferentes evaluaciones que vaya teniendo con el tutor o evaluador», añade el responsable de Human Capital.

«Normalmente se debe pedir el aumento al final delejercicio». En este punto, Viladrich coincide con de laVilla, pero añade que también se pueden aprovechar otros momentos clave. «La mejor época para pedir un aumento es cuando hay una evaluación del rendimiento, cuando se producen transformaciones estructurales o un cambio en las funciones que vamos a desempeñar», explica el directivo de Adecco.

La última pregunta: ¿cuánto incremento debe pedir el «Señor X»? «No hay que exigir una cantidad como tal porque el empleador debe tener en cuenta muchos factores», dice de la Villa, que explica que los indicadores medios de subida suelen tener en cuenta el IPC y las negociaciones colectivas, aunque también hay que observar la coyuntura de la empresa.

Carlos Viladrich insiste, por su parte, en que es necesario argumentar la subida antes de hablar de una cifra. «El incremento salarial hay que pedirlo en función de los datos aportados. Por ejemplo, estará más justificado si nos encargamos de un proyecto nuevo y, también, de qué envergadura tiene el nuevo proyecto y en qué circunstancias se desarrolla el nuevo puesto», afirma.