Rubens Barrichello

Rubens Barrichello 

No hay muchos puestos de trabajo en los que todo pase a mayor velocidad que en el estrecho ‘cockpit’ de un Fórmula 1. Ni con plazos más cortos. El tiempo que cuenta en la pista es tan liviano que no suma más que unas pocas milésimas. Sin embargo, los buenos resultados no siempre llegan deprisa en una profesión tan exigente. Dicho de otro modo, en realidad, la velocidad no siempre es lo primero.

«Lo importante es que las cosas no lleguen tan fácil. Yo entrené dos años antes de mi primera carrera». El consejo procede del piloto que más puntos ha logrado en la historia de la F1, Rubens Barrichello (São Paulo, 1972). «Ves a chicos que empiezan en ‘karting’, haciendo trazadas muy perfectas, pero no tan rápidas, y otros que son muy rápidos pero no hacen una vuelta igual a otra·, explica el brasileño, este año con volante en el equipo Williams, que está patrocinado por Randstad. Esta firma de recursos humanos organizó la semana pasada un encuentro con él. Escucharle hablar del factor humano en un mundo en el que ha pasado casi dos décadas, sirve para borrar otras falsas creencias y comprobar que las claves del éxito no son tan distintas a las que se precisan fuera del circuito.

Si no todo es velocidad, qué más hace falta. Junto al «talento de saber cuándo frenar y cuándo volver al acelerador», hay que saber enfocar el objetivo a lograr y, después, «aprender con el tiempo». Sorprende escucharle sugerir que las prisas no son buenas. «Hoy muchos jóvenes llegan en poquísimo tiempo. Con 19 años yo conducía un F1, pero empecé a correr a los seis. Tuve mucho tiempo para hacer todas las categorías y entrenar».

Pero, ¿es más decisivo el talento o las horas ‘echadas’ en la escuela de pilotaje? «Algunos dicen que con mucho entrenamiento puedes hacerlo igual de bien, pero creo que esa persona estaría limitada, podría ganar, pero no con facilidad. El talento es más importante que lo demás», zanja Rubens. Aún así, ese talento debe acompañarse de ‘extras’. «Tienes que trabajar con una sonrisa y estar a gusto con tu vida».

Cabría esperar que los equipos de alta competición entrenen también la mente del deportista. Pero el brasileño afirma que es algo «muy personal, muy individual». «La mente es lo más importante; hay que mantener el cuerpo fuerte para dejarla libre. Yo me preparo muy bien, tengo una concentración muy fácil». No ve diferencias entre las escuderías en las que ha aparcado su bólido. «De cinco años para acá, ha cambiado un poco el mundo, se habla de ‘coaching’, pero en mis inicios, nada de esto existía».

No hay que desdeñar el fracaso —»es una de las mejores cosas que te pueden suceder»—, ni el tiempo que puede pasar hasta tener a tiro la victoria: «Estuve siete años en escuderías menores hasta que Ferrari me dio las condiciones para ganar. Lo que pasó en ese tiempo me hizo una persona y un piloto mejor». Él ha demostrado, además, que se pueden ganar carreras siendo ya un veterano, ¿o tal vez por eso? El año pasado, con 37 años, acabó tercero la temporada.

Quien crea que existe un truco para que el cerebro reaccione a tiempo en un F1 no lo escuchará de Barrichello. «Es algo muy natural, igual que tú escribes mientras te hablo. Aunque vaya a 300 kilómetros por hora, me parece que estoy en el sofá de casa».