“Siempre hay que tratar de ser el mejor, pero nunca creerse el mejor”

Juan Manuel Fangio

 

¡Que levanten el brazo los que tengan capacidad para liderar! Y resulta que pocas personas levantan el brazo o no se atreven o no quieren o no creen que lo puedan  hacer. Pero después lo matizo aún más y digo…  ¿y liderarse a sí mismo?, ¿qué? Y aunque aparecen más brazos, se sigue notando que hay dificultades. Con lo cual, seguimos con el tema.

Hace poco releía uno de los libros de mi gurú favorito Peter Drucker que junto con Charles Handy son la pareja de profetas del management en la cual me he referenciado con mucha frecuencia a lo largo de mi carrera profesional. Y también en mi desarrollo personal. Y Peter Drucker ya nos comentaba algunos aspectos fundamentales de lo que nosotros llamamos autoliderazgo. Voy a recoger aquí algunos de ellos:

Pregúntate por qué quieres ser recordado.

Qué te gustaría que dijesen de ti. Date cuenta de cómo ha ido variando ese pensamiento o ese deseo a lo largo de tu vida. Es interesante que nos paremos para darnos cuenta cómo evolucionamos y qué se va convirtiendo en lo más importante a lo largo de nuestra vida.

Cuestiónate porque luchas cada día.

Por qué viene antes del qué y del cómo. Es el que te sirve de guía, es tu propósito. Si sigues luchando, seguramente seguirás madurando y no envejeciendo.

Pregúntate fundamentalmente qué es lo que estás aportando a los demás

A otras personas que seguramente tienen menos posibilidades que tú, a otras personas que no saben cómo hacerlo, que necesitan ayuda, o que están perdidas.

Cuál es el nivel de respeto que tienes por ti mismo, por ti misma.

Y eso se relaciona con tu nivel de exigencia en las cosas que haces, con el nivel de excelencia que persigues, con tu mayor o menor autocomplacencia, conformismo. Tú eres consciente de tus talentos y hasta donde puedes llegar. No te quedes a medio camino.

Pregúntate tu deseo y determinación de estar inmerso en un proceso de aprendizaje continuo durante toda tu vida.

Aprendizaje que significa no solo acumular conocimientos sino más bien cambiar conductas, comportamientos, formas de actuación. Evolucionar. Mejorar haciendo las cosas de forma diferente o buscando otras cosas distintas que puedan seguir estimulando tu crecimiento. Tu autoliderazgo.

Qué es  lo más importante.

Cuál es tu responsabilidad, tu compromiso contigo mismo. Con tu forma de enfrentar la vida, de vivirla, y disfrutarla. Y de cómo gestionas las circunstancias, lo que viene hacia ti, lo que no se puede evitar, lo que en definitiva forma parte de nuestra vida. Situaciones con frecuencia difíciles, que en ocasiones nos hacen sentir lo difícil que es mantener el equilibrio cuando las cosas no vienen bien dadas. Pero no es cuestión de quejarse, ni de lamentarse, ni de pararse en nuestra evolución. Es cuestión, una vez más de volver a coger las riendas y de darnos cuenta que somos los líderes de nuestra propia vida, los que decidimos como queremos vivirla.

Pregúntate, una vez.

Cada día es importante pensar, sentir si se va siendo feliz en el camino aunque de tanto en tanto haya caídas y tropezones.

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