Hay una parte de la brecha de género, de la desigual consideración de los hombres y las mujeres en el ámbito de laboral que no es visible. Más allá de que los hombres ocupan puestos y profesiones mejor remuneradas y, generalmente, tienen salarios más altos a la hora de asignar valor al trabajo que hacen unas y otros también entran en juego ideas preconcebidas sobre sus capacidades que desembocan en una asignación de roles discriminatoria. Para corregir este trato injusto se estableció la obligatoriedad de incorporar los planes de igualdad.

Desde el año 2007 los planes de igualdad son obligatorios en las empresas

Los planes de igualdad son una herramienta diseñada para aflorar los mecanismos de la desigualdad en el trabajo y corregir estas inercias mediante medidas transformadoras en las empresas. Forma parte del paquete de medidas e instrumentos que pretenden acabar definitivamente con la brecha salarial de género que se abre hasta un 21,4% en nuestro país.

La Ley de igualdad entre hombres y mujeres del año 2007 hizo obligatorio incorporar los planes de igualdad para empresas de más de cincuenta trabajadores y trabajadoras. No obstante, esta medida en ese momento tuvo un carácter meramente declarativo y su incumplimiento no conllevaba ninguna sanción.

En 2022 todas las empresas de más de 50 trabajadores tendrán planes de igualdad

En el año 2019 se dio un paso más a nivel legislativo y se hizo preceptivo el registro de los planes de igualdad con un periodo transitorio para su obligatoriedad que dependería del número de empleados de la empresa. Para el año 2022 todas las empresas de más de 50 trabajadores deben tener un plan de igualdad. Es interesante saber que para el cómputo de personas trabajadoras de una empresa se tendrá en consideración todas las personas que forman la plantilla, independientemente de su contrato.

También cuentan los trabajadores con contratos temporales o los que se celebran a tiempo parcial, estimándose el cálculo a fecha 30 de junio o 31 de diciembre. Serán obligatorios a partir del momento que se alcance esta cifra, aunque no se mantenga posteriormente.

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Cinco fases para alcanzar la igualdad en las empresas

El plan de igualdad se desarrolla en cinco fases que no tienen que desarrollarse linealmente. Se trata, más bien, de un proceso circular ya que no empieza y acaba en una fecha determinada si no que enlaza la evaluación de uno con el arranque del siguiente. La duración de un plan de igualdad no debe exceder en ningún caso los cuatro años.

A lo largo de cada fase se evaluarán todos estos ámbitos: el proceso de selección y contratación, la clasificación profesional, la formación, la promoción profesional, las condiciones de trabajo. Se incluirá la auditoría salarial diferenciada por género, el análisis del ejercicio corresponsable de los derechos de la vida personal, familiar y laboral, la infrarrepresentación femenina en determinadas posiciones, las retribuciones y la prevención del acoso sexual.

  • Fase 1. Constitución de la comisión negociadora (en un plazo de 3 meses). Previamente se comunicará el inicio del plan a la plantilla y la apertura de la negociación mediante documento escrito. La comisión negociadora del plan de igualdad tiene que ser similar en cuanto al número de representantes de la empresa y de las personas trabajadoras, y tener una composición equilibrada entre hombres y mujeres.
  • Fase 2. Diagnóstico. Recogida de datos para valorar el grado de integración de la igualdad en la organización. Para llevar a cabo esta fase es necesario haber realizado la auditoría retributiva (enlace) ya que forma parte del diagnóstico. Con este análisis se pretende identificar la existencia y magnitud de las desigualdades existentes en la empresa, con el objeto de diseñar las medidas necesarias para acabar con ella. Se elaborará un informe con los resultados, en los que se incluirá los principales problemas detectados, los ámbitos de actuación, objetivos generales y las propuestas de mejora.
  • Fase 3. Diseño del plan de igualdad. En este paso se incluyen los objetivos. Las medidas en concreto que se implantarán, los indicadores y la calendarización. Además de la aprobación y el registro oficial del plan de igualdad.
  • Fase 4. Implantación y seguimiento. Empieza ahora el desarrollo de las medidas previstas. Además, se comprobará su desarrollo y la evaluación de los resultados. En todo el proceso son importantes, pero en esta fase es fundamental contar con personas con formación y experiencia en igualdad. 
  • Fase 5. Evaluación del plan de Igualdad. En el que se valorará hasta qué punto se han conseguido los objetivos y el impacto del plan en la empresa.

Avanzar en la idea de trabajo de igual valor, igual retribución

La incorrecta valoración de los puestos de trabajo es el reto al que se enfrenta la igualdad retributiva. Poner en claro los mecanismos de la desigualdad en el terreno laboral es una tarea que debe abordarse desde las instituciones. Así como contar con el compromiso (y cumplimiento de la ley) de las empresas y un trabajo de reflexión individual de los trabajadores y trabajadoras.

Para más información consulta la Guía sobre Planes de Igualdad que ha elaborado el Instituto de las Mujeres.