Las cosas suceden, de una manera u otra.

A lo largo de los artículos que he estado escribiendo estas últimas semanas os he estado hablando de las ventajas y de las bondades de las redes sociales para encontrar #empleo.

Herramientas 2.0 que nos permiten interrelacionar directamente con otros usuarios y establecer vínculos que nos pueden venir muy bien profesionalmente.

Las redes sociales están afianzando su posición como instrumentos de ayuda para enlazar con casi cualquier tipo de contenido.

Y poco a poco quienes gestionan los contenidos que aparecen en las redes sociales van haciendo mejor su trabajo, y nos van facilitando la tarea de acceder a la información que nos interesa.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce en el parqué de las redes sociales.

Debemos de ser hábiles en su manejo, pero también hemos de ser duchos en reconocer y en indagar qué puede haber de cierto o de incorrecto (por no llamarlo falso) en la información a la que accedemos a través de estas fuentes.

Porque debemos tomar a las redes sociales como tales: como fuentes de información que canalizan contenidos generados en portales de conocimiento; que posteriormente es rebotada hasta el infinito sin que pueda existir un control sobre su realidad.

Vayamos al grano.

Si tomamos como patrón a Twitter (mi red social favorita, como ya imaginaréis), podemos encontrarnos con el problema de seguir los retwits en cadena. Los denomino así porque no se sabe cuándo empezaron ni quién los ha originado, pero se repiten y repiten sin cesar.

Pongamos un ejemplo

Lo que voy a contar a continuación no es específico ni de una empresa, ni de una organización, ni mucho menos de un usuario en particular.

Es muy parecido a los mensajes que podamos recibir en nuestras cuentas de correo, en donde somos parte de una maraña ingente de destinatarios, y que, al leerlo, vamos viendo, primero, un sinfín de direcciones de correo desconocidas para nosotros.

Finalmente llegamos al mensaje, pero éste carece de sentido, suele tener información obsoleta, o falsa, y normalmente, en la gran mayoría de los casos, el hecho del que estamos hablando ha tenido lugar en el mesozoico o incluso en el pleistoceno.

El problema no es del usuario.

Sinceramente creo que es un problema que bien puede solucionar el propio Twitter, y que debería de tomar cartas en el asunto de alguna manera.

¿Por qué?

Lo entenderéis.

Imaginémonos a cualquiera de nosotros que un día indeterminado, a una hora imprecisa, en un instante sin particular, leemos un twit que nos resulta súper interesante y del que nos vemos en la obligación de dar a conocer a nuestros seguidores.

Os recuerdo que no siempre todo lo que nosotros leemos en nuestra línea de tiempo lo va a leer también la gente que nos sigue.

Sólo va a leer lo que escriban sus seguidores, entre quienes nosotros nos encontramos.

Bueno.

El contenido de dicha información es tan sumamente interesante que hacemos un retwit.

Esto significa que la información tal cual se publica a través de nosotros (como personas que enviamos la información) pero con origen de la información al usuario que la generó.

Poniendo un ejemplo real:

Un usuario de Twitter (del que no desvelaré su nombre) realiza una pregunta a un usuario que trabaja en una empresa española de carácter internacional diciendo: “¿Os acordáis de la oferta de empleo de (…) que twitteábamos hace un tiempo? Habemus Community Manager de (…): (…)

Tiempo más tarde, quien había sido preguntado responde de la siguiente manera: “NOOOOO!!! jajaja! Yo trabajo en (…).com pero no soy su CM! Todo llegará… seguid mandando Cvs!

El caso es que este tipo de cosas no son la primera vez que suceden, y desde mi blog ya he hablado de estas supuestas ofertas de empleo fantasmas que, si bien existieron, se siguen difundiendo en la red social sin ton ni son, sin control, y siguen alimentando las esperanzas de quienes creen poder encontrar un empleo.

La razón es bien sencilla.

Como bien sabéis, Twitter es una red social que básicamente se basa en la disponibilidad del usuario.

La velocidad a la que se generan los contenidos de los usuarios es tal, que es muy difícil acceder a la información que uno quiere en tiempo real.

Se puede afirmar que leemos la información a la que accedemos en un momento preciso del día: cuando nos conectamos.

No es como un telediario que nos ofrece un resumen de la información diaria.

El volumen de información que se genera es brutal.

Mayor aún en dependencia del número de usuarios a quienes sigamos.

Así, cuando estemos leyendo nuestras línea de tiempo sólo leeremos aquella información que nuestros siguiendos están generando en ese momento.

El resto de la información desde nuestra última conexión hasta la actual, sólo podrá ser consultada en parte realizando búsquedas, o perdiendo un tiempo vital visionando todos los mensajes aglutinados en la línea de tiempo.

Me centro un poquito después de haberos explicado esto por encima.

El asunto es que cuando leemos un contenido que ha sido retwiteado podemos conocer su origen (la persona que lo ha generado), y la fuente (la persona que lo ha creado), pero no podemos tener acceso a la antigüedad del mismo, salvo que hagamos una profusa tarea de investigación y nos retrotraigamos hasta el origen mismo de la vida de ese twit.

Un trabajo de chinos que nadie va a hacer.

Primero, porque nadie vamos a mal pensar que dicho twit pueda ser tan antiguo como la vida misma.

Segundo, porque lo que quiero es aprovechar el tiempo, y si resulta que lo que estoy leyendo es una oferta de #empleo, lo que me interesa es apuntarme lo antes posible para tener mayores probabilidades de ser llamado para la entrevista.

Consecuencias para el usuario y para las empresas

El principal problema lo tenemos en las empresas que generaron la información.

Me explico.

Hay una responsabilidad social corporativa que va más allá de los límites tangibles.

El uso de las redes sociales ha de impulsar una concienciación de vigilancia de lo que se hace respecto a la información que de uno se filtre, envíe y promueva.

No quiero entrar en el modo en que deben de hacerse las cosas, pero la empresa de la que hablaba antes actuó correctamente al cerrar la oferta en el portal en el que la incluyó (facilitando de esta forma información fehaciente al usuario que trata de acceder a ella).

Otras empresas, sin embargo, mantienen habilitadas las ofertas de #empleo durante semanas, incluso después de haber cerrado el proceso de selección, incluso después de haber realizado las entrevistas, e incluso después de haber contratado a la persona que está capacitada para el puesto.

Y aquí, la respuesta de la empresa al envío de nuestra carta de presentación y de nuestro currículo, informándonos de que el proceso está ya cerrado y que ya cuentan con una persona en el puesto… Sinceramente, no le vale a nadie.

Y deja en muy mal lugar al gestor de recursos humanos, al responsable de selección, y a todos en general.

La responsabilidad social corporativa de la empresa no se extingue nunca.

Debe persistir. Y debe de controlarse lo que se dice de ella.

Es como cuando se habla mal de una marca en cualquier parte.

Siempre tiene que estar al quite el departamento de comunicación o el de relaciones públicas para mediar en el conflicto y zanjar el asunto.

Pero, ¿cómo controlarlo cuando en una red social cualquier puede difundir un contenido?

Bueno, pistas ya he dado.

Un cierre de la oferta en cuestión, informando de que el proceso ha finalizado, y no dejando que la oferta siga activa, y con posibilidad de remisión de documentación alguna es una solución plausible.

Y, sinceramente, creo que la única.

Porque los retwits de los usuarios se pueden (y se van) a producir, siempre y desde el momento en que la información llegue a las manos del usuario.

Es como cuando recibimos un correo en cadena pidiendo ayuda para un niño con una enfermedad terminal, para un perro abandonado, para evitar una lapidación a una persona en un país lejano.

No sabemos de qué manera nuestra dirección de correo aparece ahí, pero ahí estamos.

Para llegar al contenido y meollo de la información hemos de atravesar una espesura de direcciones de correo (y si por cada una de ellas me dieran un euro…), el mensaje siempre aparece firmado por alguien de relevancia, pero… paradójicamente, la fecha de origen del mensaje, como por arte de magia, ha sido borrada, perdida, o eliminada.

Por lo que no hay manera de saber de cuándo es la información, y lo que hacemos, simplemente, es darla por válida, por buena, y reenviamos nosotros mismos a nuestros contactos, continuando así la cadena hasta el infinito (y más allá).

Hoy he querido, y quiero, haceros ver que las redes sociales son tremendamente útiles para buscar #empleo a través de la red.

Que son un elemento básico. Pero que hay que saber manejarlo y utilizarlo.

Más allá de leer simplemente una información y hacer clic en un enlace (en este caso, si la oferta ha caducado esperemos que lo hayan actualizado).

En mi caso, no es la primera vez que lo he visto.

Ni la segunda.

Ni la trigésimo novena.

Son muchas.

Y cada vez que me pasa, y que la empresa me dice que el proceso de selección ha finalizado y que gracias por interesarme por el puesto… Sinceramente, no les mando flores, porque no se las merecen.

Con lo sencillo que es modificar el contenido de una página web y decir que el proceso ha finalizado.

Eso, o es que les gusta darse pábulo, y coleccionar currículos de gente en paro.

O, puede que también quieran sondear el panorama laboral español.

Aquí os podéis unir a mi voz y decirles a todas ellas que…

SOMOS UNOS CUATRO MILLONES EN PARO BUSCANDO PROACTIVAMENTE EMPLEO

Y que nos merecemos un poco más de respeto.

Si nos interesamos por un puesto de trabajo, creo que es porque nos interesa trabajar.

Vamos, que no vivimos de enviar correos electrónicos.

Que eso no nos da de comer.

¿Cierto?

Post datum

Echad un vistazo a mi blog y leeros el artículo El timo del empleo por sms.

Esta mañana he recibido otro sms con el texto “pase por el despacho. Afirmar el contrato”; remitente el 905407006.

Como os digo, nunca creáis todo lo que leéis.

Pero seguid siendo tenaces.

Es el mejor camino para el éxito.

@AntonioVChanal
Coacher y Asesor