En sus casi dos años de vida, la plataforma de ‘crowdfunding’ Verkami.com ha logrado mover más de dos millones de euros. En esta web, directores de cine, actores, escritores, artistas, creadores de videojuegos o activistas sociales ‘cuelgan’ sus proyectos con el objetivo de conseguir el dinero necesario para llevarlos a cabo. Aquí, los internautas son los mecenas: cada uno colabora con una pequeña aportación –desde 5 euros– y, a cambio, recibe beneficios exclusivos si el proyecto llega a buen puerto, dependiendo de la cantidad aportada. Por ejemplo, un grupo de rock que necesite financiación para grabar  un disco podrá ofrecer a sus ‘inversores’ copias del disco, entradas a conciertos, camisetas… a cambio del ‘capital’ aportado.

El término anglosajón ’crowdfunding’ podría traducirse como ‘financiación en masa’ y viene a ser lo mismo que microfinanciación o micromecenazgo: el dinero para sacar adelante un proyecto se consigue a través de pequeñas cantidades dinerarias de un gran número de donantes. Se trata de una fórmula que ya tiene un largo recorrido en Estados Unidos, el país donde nació, pero que en España aún es un fenómeno recién llegado. «Desde 2009 o 2010 ha tenido proyección en España, pero ha sido durante este 2012 –sobre todo desde hace 6 meses– cuando ha tenido mucha repercusión en los medios de comunicación», explica Ángel González, creador del portal Universo Crowdfunding, la única web informativa independiente sobre financiación en masa en España.

En estos momentos, Verkami.com tiene 100 proyectos abiertos, pero ya han conseguido financiación 560. Esta plataforma es una de las más conocidas en España dedicada al ‘crowdfunding’ y, junto a Lanzanos.com y Goteo.org, lleva la batuta de la financiación en masa en nuestro país.

Ángel González conoce el fenómeno a fondo. Por eso, advierte de que los  internautas que aportan dinero para estos proyectos no son estrictamente inversores. No hay beneficios monetarios, sino recompensas: reciben una remuneración en especie. Entre otras cosas, porque «en España, legislativamente, no se puede hacer, hay muchas complicaciones», explica González. Sin embargo, en Holanda o Reino Unido sí existe lo que se denomina ‘crowdfunding’ de inversores, en los que las personas compran acciones de una ‘start up’ por una pequeña cantidad.

En nuestro país, el ‘crowdfunding’ ha llegado para dar salida, principalmente, a proyectos culturales, aunque ya se está extrapolando al emprendimiento en  otros sectores, como la investigación científica. Por ejemplo, la plataforma  Lanzanos.com aloja un proyecto del laboratorio de Biofísica y Biología de Sistemas asociado al Instituto Nicolás Cabrera, situado en la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Madrid, que pretende avanzar en el tratamiento de patologías complejas como el cáncer. Ya han recaudado, a  través de ‘crowdfunding’, el 23% de los 15.000 euros que necesitan para llevar a cabo el proyecto.

Pero la solidaridad también tiene un importante filón en la financiación en masa. El ‘crowdfunding’ solidario es, junto con el de intercambio –el que promueven plataformas como Verkami–, el más extendido en España, según Ángel González. Son plataformas que trabajan con ONG y buscan pequeñas donaciones para proyectos muy concretos. BBVA, por ejemplo, cuenta, desde junio, con una plataforma de ‘crowdfunding’ solidario denominada BBVA Suma que permite a los donantes aportar una pequeña cantidad de dinero a proyectos humanitarios sin intermediarios.

Fórmulas imaginativas

El ‘crowdfunding’ está siendo, como dice Ángel González, de Universo Crowdfunding, «un buen caldo de cultivo en época de crisis», una forma de financiación que puede completar a las ya existentes. Y es que en época de «vacas flacas» la imaginación debe dar respuesta a las necesidades y, ya que el crédito bancario está prácticamente bloqueado, no hay más remedio que buscar otras fórmulas para conseguirlo. ¿Por ejemplo? Los préstamos ‘person to person’, donde desaparecen los intermediarios bancarios tradicionales y donde el dinero sale de un particular y llega directamente a otro particular, que devolverá la aportación con un porcentaje de intereses.

Marta Miranda es directora del Vivero de Empresas de Puente de Vallecas, situado en este popular barrio de Madrid. La entidad, perteneciente al plan Madrid Emprende, se ha especializado en el sector textil y de moda y cuenta con el apoyo de la Asociación de Empresas Confeccionistas de Madrid (ASECOM). El vivero ofrece un espacio físico a los emprendedores y, además, les asesora en todo lo relacionado con la puesta en marcha de su negocio. También en temas de financiación. En la actualidad, el vivero tiene ‘tuteladas’ a 25 empresas, un total de 62 emprendedores.

Marta Miranda ofrece algunas fórmulas alternativas a la búsqueda de inversión tradicional.  En concreto, habla de ‘business angels’ y de entidades de capital riesgo, «que lo que hacen es invertir en capital semilla o en proyectos que están en una fase inicial». Mientras que los primeros son individuos que  invierten su propio capital en ‘start ups’, las segundas ofrecen dinero a nuevas empresas a través de un fondo. Estas fórmulas están calando hondo en nuestro país. Según datos de la Asociación española de ‘business angels’ (Aeban), España cuenta con 64 redes de ‘ángeles’ y es el país con mayor número de redes de este tipo dentro de EBAN, la asociación de ‘business angels’ de ámbito europeo. Mientras, las entidades de capital riesgo ganan fuerza. Según la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (ASCRI), más de 800 empresas españolas se benefician cada año de estas inversiones.