El talento se está marchando de nuestro país. La crisis económica y la falta de perspectivas laborales está obligando a muchos españoles a buscar oportunidades fuera de nuestras fronteras. El Departamento de Movilidad Internacional de la consultora Adecco ha recogido las cifras de este éxodo y ha llegado a unas conclusiones alarmantes: en tan sólo dos años, el número de demandantes de empleo para trabajar fuera de España se ha duplicado y el 50% asegura que dejaría el país por un sueldo igual o, incluso, menor que el que recibe aquí.

También las cifras demográficas oficiales parecen corroborar esta tendencia. Entre abril de 2008 —momento que se considera el principio de la crisis económica— y abril de 2010 el número de españoles mayores de edad residentes en el extranjero se ha incrementado en 118.145 personas— un 9,2% más—, según datos del Censo Electoral de Españoles Residentes en el Extranjero.

Según la consultora, el perfil del profesional que se marcha fuera es el de un joven de entre 25 y 35 años, que aún no posee cargas familiares y que, generalmente, cuenta con una formación altamente cualificada.  Tradicionalmente, España ha «exportado cerebros» de la rama biosanitaria, pero la crisis también está afectando a arquitectos, informáticos o ingenieros, profesiones que, en  España, nunca tuvieron un elevado índice de desempleo y que actualmente pasan por las mismas dificultades que el resto de los titulados superiores.

Creadores preocupados

Precisamente el sector de la ingeniería es el que últimamente se muestra más inquieto ante la falta de oportunidades en España y la incesante «fuga de cerebros». Recientemente, la patronal del ramo, Tecniberia, ha solicitado al Gobierno que garantice una inversión pública mínima anual de 1.000  millones  de euros en ingeniería. De lo contrario, la huida del talento hacia otros países es inminente, teniendo en cuenta que el colectivo pierde alrededor de 1.000 puestos de trabajo al mes.

La principal causa de este chorreo continuo de destrucción de empleo es, según José Luis Vallvé, presidente de Tecniberia, el recorte en la inversión pública en ingeniería en un 50%. Algunas de las cifras que maneja son espectaculares. En algunos subsectores la inversión pública ha caído en picado. En el de carreteras, por ejemplo, el sector público invirtió en 2009 200 millones de euros. En  2010, la inversión ha sido, tan sólo, de 6 millones de euros.

El Estado ha sido, tradicionalmente, el que mayor consumo de ingeniería ha realizado, por lo que el recorte en inversiones está siendo catastrófico. «Hace un año, en los tablones de anuncios de las escuelas de ingenieros había muchas ofertas de trabajo. Ahora no hay ninguna», se quejaVallvé.

Teniendo en cuenta que la ingeniería y la  investigación son sectores estratégicos que crean nuevo conocimiento e impulsan la economía de un país, el futuro de España no se presenta  nada claro. «Estamos parando el país: lo que no se proyecta no se va a hacer», se quejaVallvé.

Ante este panorama, los ingenieros están optando por hacer las maletas y marcharse a otros países de Europa o a Estados Unidos. «Hay países que no han parado el ritmo creador, como Alemania, Reino Unido o los países nórdicos, así que los ingenieros se marchan allí», afirma Vallvé.

Pero la tragedia no tiene sólo connotaciones humanas— la pérdida de fuerza de trabajo y de talento creador— sino económico: según el presidente de Tecniberia, formar a un ingeniero le cuesta a la sociedad unos 60.000 euros. Si se marcha fuera, es una inversión que no se recupera. «Es poco inteligente recortar donde se supone que está el futuro», sentenciaVallvé.

Falta de investigación

Los ingenieros están optando ahora por marcharse fuera, pero muchos profesionales de la investigación científica española hace tiempo que saben lo que es buscarse un  sitio en el exterior ante la falta de oportunidades que ofrece España. «Marcharse fuera no es negativo, pero sí cuando es la única salida», opina Salomón Aguado, portavoz de la Federación de Jóvenes  Investigadores/Precarios (FJI/Precarios), una institución creada en 2000 que lucha por mejorar las condiciones laborales de los jóvenes investigadores y por la dignificación de la profesión y que elabora propuestas de cara a mejorar la situación de la ciencia y el I+D+i en España.

Las causas de este éxodo de investigadores son dos, según Aguado. En primer lugar, la falta de una carrera investigadora estructurada. «Después del doctorado no se sabe muy bien cuáles son los pasos a seguir. No hay una estructura científica para incorporar a este personal», asegura. En España, informa el portavoz de FJI/Precarios, se leen unas 10.000 tesis doctorales al año, pero no hay puestos de trabajo para todos.

La segunda causa es la falta de recursos económicos destinados a I+D+i en España. Aguado se queja de que el año pasado el Ministerio de Ciencia e Innovación recortó el presupuesto en investigación en un 15% y este año el tijeretazo se ha llevado casi el 10% de los recursos. Y dadas las cifras que ya se han hecho públicas, el año que viene la situación no mejora. En 2011, el presupuesto en I+D+i será un 7% inferior. Ante este recorte, algunas instituciones ya se están apretando el cinturón. Por ejemplo, el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) reducirá la contratación el año que viene en un 20%. «El Gobierno no ha apostado por la innovación para salir de la crisis », asegura Aguado. Por eso cree que otros países, como el Reino Unido, que sí han apostado por el I+D+i para  salir de la crisis, dejarán atrás los problemas financieros mucho antes.

Ante este panorama, muchos doctores deciden buscar un hueco fuera de nuestras fronteras. Pero, ¿qué encuentran allí? Sobre todo, una buena acogida del talento. «En otros países hay un reconocimiento social a la figura del doctor. En Estados Unidos y Alemania los investigadores están  bien vistos», afirma Aguado. Y finaliza con una queja muy similar a la del presidente de la patronal Tecniberia. «Es muycaro formar a un doctor. Entonces, ¿se están creando doctores para el mercado alemán?», añade el portavoz de FJI/Precarios.