ManuelEscudero

 Manuel Escudero, director general de Deusto Business School.

Las perspectivas no son buenas. Las previsiones realizadas por los distintos organismos internacionales como el FMI, la OCDE y hasta la Comisión Europea no dejan mucho terreno al optimismo. A pesar de que algunas de estas entidades vaticinan una ligera recuperación económica para los próximos 12 meses, parece poco probable que ésta se extienda igualmente al mercado de trabajo.

En España, con más de 4,9 millones de parados registrados en los servicios públicos y 5,7 millones de desempleados según la Encuesta de Población Activa (elaborada por INE), la mayor parte de los empleadores no se plantea hoy la opción de ampliar su plantilla. Además, los expertos vaticinan que no será hasta la primera mitad del año 2014 cuando comiencen a crearse puestos de trabajo.

Sin embargo, pese a este sombrío panorama, siempre hay un atisbo de esperanza. Por una parte, si la reforma laboral que se ha puesto en marcha funciona pudiera ocurrir que la economía española comience a generar empleo en cuanto el Producto Interior Bruto (PIB) comience a crecer, siquiera sea modestamente. España ha tenido tradicionalmente que esperar hasta tasas del 2% de crecimiento del PIB para comenzar a generar empleo, mientras que los EE UU, también tradicionalmente, comienza a generar empleo con tasas del 0,6% de crecimiento del PIB. La ‘prueba del 9’ de la reforma laboral será ésta: que la economía española comience a generar empleo con tasas bajas de crecimiento económico.

El segundo atisbo de esperanza se dirige especialmente a aquellos profesionales mejor formados. Creo que la empleabilidad futura precisa, aparte de una especialidad, conocimientos sólidos en al menos dos materias específicas, así como una actitud mental nueva. Las materias a las que me refiero son, en primer lugar, el ‘management’. Toda profesión va a necesitar de gestión de organizaciones y de equipos humanos, y eso se consigue a través del aprendizaje del ‘management’: esto cuenta tanto para servicios públicos, como la sanidad o la misma enseñanza, como para profesiones en el ámbito privado (desde el turismo hasta las ingenierías). En segundo lugar, toda persona empleable en el futuro ha de tener conocimientos relativamente sólidos de la realidad digital y de red, pues son ya los vehículos necesarios para todo tipo de actividad económica.

En resumen, management, conocimientos digitales y de red, unidos a una mentalidad crítica y creativa son los nuevos atributos universales que marcarán la empleabilidad en el futuro.