A la hora de fomentar el aprendizaje en tu empresa es importante conocer cuáles son las modalidades que existen y qué ventajas tiene cada una de ellas para saber qué puedes esperar de cada modelo. El aprendizaje cooperativo y colaborativo son dos formas de mejorar las competencias en el puesto de trabajo, lo cual tiene repercusiones a nivel individual y colectivo. Descubre todos los detalles, te los contamos a continuación.

Aprendizaje cooperativo y colaborativo

Los aprendizajes cooperativo y colaborativo se basan en el trabajo en equipo, pero muestran claras diferencias. De hecho, uno de ellos supone una evolución con respecto al otro, ya que en el primero se presupone un nivel de capacidades igualitario mientras que en el segundo no.

Estos modelos se pueden utilizar en contextos variables. Así, aplicado a la empresa, se puede recurrir al aprendizaje cooperativo en escalones básicos de la actividad económica y el colaborativo para generar alto valor añadido a un proyecto empresarial.

Si quieres que tus empleados aprendan a trabajar de manera cooperativa o colaborativa, debes saber bien en qué consisten cada uno de estos aprendizajes y en qué tipo de dinámica de trabajo se basan. Te lo contamos.

Aprendizaje colaborativo y cooperativo en el ámbito de la empresa

Aprendizaje cooperativo

El aprendizaje cooperativo responde a un esquema en el cual el director da unas pautas a cumplir y los empleados se dividen las tareas para alcanzar la meta que se les ha encomendado. En este modelo se presupone cierta igualdad de condiciones.

Las ventajas de este sistema son que los empleados aprenden habilidades organizativas y que están forzados a trabajar bien en equipo. Además, se aprovechan mejor los recursos. Todos los empleados deben asumir responsabilidades de manera conjunta y saber cómo lidiar con situaciones estresantes. No obstante, siempre puede ocurrir que haya personas que se aprovechen del esfuerzo de los demás.

Aprendizaje colaborativo

El aprendizaje colaborativo va un paso más allá porque reconoce la existencia de diferencias individuales entre las personas y se basa en la idea de que es necesario poner el talento en común para conseguir mejores resultados.

Algunas de las ventajas de este sistema son que se permite potenciar la capacidad individual de cada miembro del equipo, que se estimula el pensamiento crítico y que se mejoran la interacción y el rendimiento académico. Por otro lado, no hay que dejar de destacar que, en el ámbito empresarial, esta modalidad de aprendizaje es la que permite crear proyectos de alto valor añadido que marquen la diferencia.

Estas dos formas de aprendizaje pueden generar, como ya adelantamos, nuevas dinámicas de trabajo en la oficina. Para que los miembros de tu plantilla las interioricen, la mejor opción es que recurras a formaciones basadas en role play o en ejercicios de team building.

En conclusión, las metodologías de aprendizaje cooperativo y colaborativo son muy útiles para poder mejorar determinadas habilidades, generar sentimiento de pertenencia y mejorar el rendimiento. Ahora que ya conoces las ventajas de las dos modalidades podrás decidir cuál quieres fomentar en tu plantilla. ¡No lo dudes y pon en práctica el que consideres más adecuado!