Las llaves, la cartera y el móvil. El repaso mental antes de salir de casa es el mismo en las cabezas de la gran mayoría de nosotros. Ocupa habitualmente una de las dos manos sin que importe demasiado cómo condiciona los movimientos. Así que tienen su sitio dentro de la jornada laboral con lo que ello implica desde molestias por los ruidos que generan a la posibilidad de estar permanentemente localizable lo que puede traducirse como productivo.

¿Quién dice lo que se puede y no puede hacer con el móvil en el trabajo?

Actualmente no existe ninguna regulación específica sobre el uso del móvil en el puesto de trabajo. Son las propias empresas las que ponen normas a su uso. En el caso de que no exista ninguna disposición al respecto el móvil podría utilizarse siempre que no interfiera en el desarrollo de la actividad. Pero la necesidad de estar permanentemente conectado cada vez es mayor y el sentido común muchas veces no alcanza. Las principales razones que llevan a poner freno en las empresas al uso del teléfono son estas:

  • Distracción o menor productividad. El móvil es un hábil generador de llamadas de nuestra atención. Cuando no son las notificaciones de las aplicaciones es la necesidad de consultarlo. Hay estudios que ponen cifras a esta permanente sed de novedades de nuestro entorno. Un 42% de los usuarios no pasa más de una hora sin consultar su móvil. Hay profesiones donde no es solo que la empresa limite el uso si no que está prohibido por instancias superiores como puede ser la DGT en el caso de transportistas y conductores.
  • Por protección de datos o material sensible. La capacidad de los smartphones para grabar documentos de audio o video hace que se limite o incluso se prohíba el uso de teléfono en determinados lugares donde se pueda poner en peligro la seguridad o la privacidad.
  • En favor de un clima de trabajo Espacios específicos en las empresas donde el volumen de los timbres, notificaciones o de las conversaciones pueden ser molestos y hacer que la concentración se vea afectada. Muchas empresas limitan las conversaciones a través de los dispositivos a ciertas áreas como los pasillos.

Usar el móvil por trabajo

Pero de forma cada vez más habitual su uso es obligatorio para estar localizable en puestos que requieren movilidad. Muchas empresas necesitan poner a disposición de sus empleados teléfonos móviles. En este caso el empleo del dispositivo estaría restringido a un horario y a unas labores específicas siempre relacionadas con el desempeño de la actividad.

Para que todo el mundo contemple unas buenas prácticas lo mejor es establecer una serie de normas y posibles sanciones por incumplimiento desde los departamentos de recursos humanos. Es interesante fijar unos protocolos donde se definan las limitaciones a su utilización y los lugares donde puede consultarse sin problemas. Habría que tener en cuenta en ese sentido que los tiempos de descanso la empresa no será competente para regular el uso, ni las limitaciones deberán ser discriminatorias.