El arte de la guerra, de Sun Tzu; El príncipe, de Maquiavelo; El libro de los cinco anillos, de Miyamoto Musashi… Todos estos textos los leen los ejecutivos para aprender qué parte la estrategia militar pueden aplicar al mundo de los negocios. Pero si hay un juego que es la metáfora bélica por antonomasia es el ajedrez, con sus 64 casillas y sus 32 piezas, con sus peones, alfiles y demás compitiendo por lograr dar jaque al rey rival y ganar la partida. Por lo que quizá a la hora de buscar inspiración no sea mala idea echarle un vistazo a esta competición mental que lleva entre nosotros más de 1.200 años y de la que Miguel Illescas, Gran Maestro de Ajedrez, sabe un rato.

“Fundamentalmente hay muchos aspectos comunes entre el ajedrez y la empresa”, explica desde Barcelona Illescas, que ha publicado libros sobre la relación entre los dos ámbitos como Jaque Mate; “principalmente todos los que tienen que ver con los procesos de planificación y toma de decisiones, ya que en ajedrez cada jugada implica un análisis, un cálculo, una decisión; y en el mundo empresarial todo gira en torno a las decisiones”. Illescas, que desde su escuela de ajedrez ha creado una serie de proyectos todos relacionados con su juego favorito, cuenta que una de las principales lecciones que pueden sacarse es el intercambio de ventajas.

“A veces en ajedrez tienes una ventaja material [más piezas o las mismas pero con mayor valor relativo] y renuncias a ella a cambio de obtener una iniciativa [ser el atacante] que conduce a un jaque mate o a una ventaja material mayor”, razona; “en ajedrez es constante pero en la vida real cuesta mucho, ya que nos aferramos a las ventajas que tenemos debido a que nos gustan y nos cuesta aceptar que para conseguir algo mejor a veces hay que tener esa capacidad dinámica de intercambio”. Otro ejemplo de este paralelismo sería el sacrificio de una pieza con el dejar un proyecto o un recurso a cambio de conseguir “logros mayores”.

Otro de los aspectos que Illescas extrapola al mundo de la empresa es la táctica-la inmediatez, la reacción a los acontecimientos, la adaptación de los planes- y la estrategia-la planificación, lo que se hace de forma pausada cuando no hay nada que atender-. “En el mundo de la empresa se confunden los dos aspectos y se planifica menos de lo que se debería”, asegura; “creo que es debido a que es muy difícil prever lo que va a pasar y es mucho más si uno no se toma el tiempo para considerarlo; además se vive en un ambiente donde se está muy centrado en el corto plazo”.

Illescas cuenta que el ajedrecista de élite pasa mucho más tiempo analizando y valorando que calculando, mientras que un aficionado siempre trata de adivinar la primera y la segunda jugada. “Hay una frase muy bonita de Savielly Tartakower, un ajedrecista de principios del siglo XX”, sentencia, “que decía que ‘Táctica es saber qué hacer cuando hay algo para hacer. Estrategia es saber qué hacer cuando no hay nada para hacer ‘. Chúpate esa, Maquiavelo.